[+15] [S] FAN

NEON GENESISEVANGELION es una serie de animación japonesa creada en el año 1.995 por Hideaki Ano. A través del tiempo, ha ido juntando más y más fanáticos alrededor del globo, consagrándose como una de las mejores series de anime jamás producidas.


En el año 2.007, fue lanzada la primera película de la nueva tetralogía que reconstruiría la serie. En el 2.009, fue lanzada la segunda, la cual represento un total éxito que logro enganchar aún más a los antiguos fanáticos de la serie, y consiguiónuevos.


Evangelion Rebuild 3.0 estaba programada para lanzarse en el año 2.011, pero dados los inconvenientes
causados por el tsunami en Japón, su fecha fue pospuesta indefinidamente por un tiempo. Esta fue un tiempo de gran desesperación para sus fanáticos.


El 17 de noviembre de 2.012 fue estrenada la película en los cines japoneses, rompiendo las taquillas en cuestión de semanas. Mientras tanto, los fans del resto del mundo esperaban con ansias que la película se infiltrara en internet para poder verla.


Pero la rigurosa política anti piratería de Japón pondría otra traba para los seguidores de la serie, suponiendo imposible ver la película sin comprarla. Esto suponía meses de espera, bien hasta que alguien hallase la forma de piratear la película, o hasta que saliese a la venta.


Una desilusión masiva fue causada. Esta, es la historia de una de esas desilusiones.


Roberto Avalos, ese domingo por la tarde, como todos los domingos por la tarde, se sentaba a redactar un informe para la empresa de seguridad en la que trabaja. El cumple una función muy importante en esa empresa, llamada Shravisnky S.A, la cual consiste en chequear que cada casa que es asegurada mantenga sus sistemas de protección al cien por ciento de su rendimiento.


Pero después de sentarse, se pone de pie nuevamente para ir hacia la ventana y abrirla. Rosario
es una ciudad especialmente calurosa, y en diciembre el clima ya comienza a ponerse agobiante. Su departamento, ubicado en un último piso, era como un horno durante el verano entero.

Roberto Avalos va a sentarse de nuevo frente a él portátil, no obstante se queda congelado a medio camino al recordar algo. El es soltero, y por lo tanto, algunas tareas que normalmente estarían acarreadas al peso de un compañero de vivienda, ya sea mujer u hombre, quedan a su cargo.


Por lo tanto, gira sobre sus talones y se dirige hacia la estrecha cocina, donde estaba ubicado el lavarropas. Abre la compuerta de este, y es sorprendido porque el aparato está vacío. Entonces cae en la cuenta de que él tenía que poner la ropa a lavar, no sacarla.

Con el ceño fruncido, va hacia el canasto de la ropa sucia y extrae todas las prendas de este. Le extrañaba su propio comportamiento, ya que él no era una persona desconcentrada ni distraída. No era para tomárselo a la ligera, en su trabajo, debía prestar mucha atención.


Y no solo el incidente del lavarropas le servía como prueba de un comportamiento distraído. Si se ponía a pensar, pareciera que aquel mes de diciembre lo había comenzado con el pie izquierdo. En numerosas ocasiones casi
lo habían atropellado por cruzar la calle sin cuidado, además de haber estado olvidando de cerrar la puerta con llave, su billetera en casa, y en cuatro veces casi había llegado tarde al trabajo. Algo absorbía parte importante de su
atención, y el no podía deducir lo que era. Supone que la soltería puede ser un causante de ello, pero luego se encoge de hombros y se dirige a la cocina.


Una vez la ropa puesta dentro del lavarropas y este en marcha, Roberto Avalos se dispone a comenzar su tarea asignada. Se sienta frente al portátil, abre el documento de Excel, para darse cuenta de que se olvidó de sacar la planilla de entradas y salidas de los custodios que la empresa tenía bajo su cargo.


Roberto Avalos se da cuenta de que eso era justo de lo que estaba hablando. Se pone de pie, va hacia una estantería, abre un cajón y rebusca entre los millones de carpetas allí sepultadas. Siempre le molesto el hecho de tener no solo un archivador, sino que dos años de archivos, guardados en su casa. Y es que todo ese papelerío debería estar bajo responsabilidad de la empresa, en su edificio de la calle Almagro 256. Pero claro, como tienen al boludo de Roberto para encajárselo, se lo dejan ahí.

Finalmente encuentra la delgada carpeta que buscaba y toma asiento, con la carpeta abierta a un lado del portátil.

-Ahora si.-se da ánimos y se suena los dedos.

Roberto mueve de lugar las columnas del programa, comienza aingresar dígitos de gastos, ganancias, y fechas, y entonces. . . y entonces su celular vibra sobre la mesa, arrebatándole su recién adquirida inspiración.


El joven suspira con pesadez, piensa en no contestar el mensaje que acaba de recibir, y en cambio dedicarse a cumplir con su deber. Impero luego es llevado por su sentido de la responsabilidad y/o amistad, a fijarse en
quién era quien lo requería.

Al desbloquear el teléfono, se encontró con que el mensaje era de su amigo y compadre Tobías.




En este punto deja de prestarle atención, Tobías no sabía entretenerse solo pero su novia podía entretenerlo. Y si no, que no le rompiera las bolas, el está haciendo algo importante. El celular volvió a vibrar sobre la madera del escritorio dos veces más, siendo ambas ignoradas. Después de unos minutos, el celular vibra nuevamente, y es cuando Roberto decide explicarle nuevamente que está muy ocupado.


Roberto lee los tres mensajes de su amigo:



Aunque en un principio todos los mensajes son asimilados como basura por su mente, y esta da la orden de tirar el celular sobre la mesa, una fuerza subconsciente le recomendó volver a leerlo.

Sin saber muy bien porque, Roberto agarra el celular y relee los tres mensajes. Algo le llama la atención, como un compromiso el cual deberecordar, pero no sabe qué.




-¿Nueve de diciembre?


Y después de unos minutos de devanarse los sesos pensando enque es, Roberto Avalos es bañado en la brillante iluminación de una respuesta.


Al darse cuenta, se le acelera la respiración, los latidos golpean su pecho con fuerza y su cabeza no puede creer lo que acaba de asimilar.


-¡Ya salió la nueva Rebuild!


La excitación del hallazgo lo hace tirar la silla, saltar de un lado a otro lanzando cosas, y finalmente, salir al balcón a gritar para festejarlo con un sólido “¡Sí!” que resuena por más de una calle. Lágrimas de alegría empañan sus lentes, pero él las contiene.


Con una sonrisa infantil en el rostro, y lleno de ansías, Roberto cierra todos los programas abiertos en su portátil, abre el buscador de Google Chrome e ingresa en la barra de búsqueda: Evangelion 3.0 Rebuild.


Roberto Avalos está extremadamente eufórico, tanto que las manos le tiemblan y resta importancia a todo lo que no sea ver su adorada película. Le sonríe al celular, como agradeciéndole a Marcos por recordárselo.

Tendría que hacerlo más tarde, el lunes, quizá el martes ¿Quién sabía? Ya nada importaba, porque tenía su querida película ahí.


Pero algo falta, y él es consciente de ello. Se levanta, va hacia la heladera y saca la botella rellena de jugo de pomelo, también pone a calentar una piza precocinada, y cierra todas las cortinas.

Con todo preparándose, Roberto abre el resultado de laprimera página que le ofrece Google, llamada Rey Anime. Conoce ese sitio web, y está seguro de que la película se encuentra ahí dentro.


Roberto no lo acepta del todo, pero sabe que hay una posibilidad de que el film no se encuentre allí y tenga que descargarlo. Generalmente, le molesta descargar cualquier cosa que no sea un elemento laboral en su preciada Notebook, pero Evangelion representa la única excepción.


Abre el link que lleva hacia la visualización de la película, y se levanta para sacar la piza del microondas. Roberto lleva todo al escritorio, lo coloca frente a la computadora y da click al gran botón de Play que figura en la pantalla.


Y lo lleva a una publicidad.


Al principio, es abordado por desilusión e ira, sin embargo, se consuela, recordándose que ese no es nada más que el primer enlace que pincha.


Vuelve hacia los resultados que la búsqueda de Google le ofrece, y clica en la segunda dirección. Esta le muestra un video llamado “Evangelion 3.0 Quickening Sub español” al cual da play de inmediato.


Su corazón se eleva al ver que el video funciona, y notar al minutero del video corriendo. Entonces, se encuentra con otra desilusión, perono la más grande que va a tener ese día. El video solo dura seis minutos, o sea que es un avance. Lo rechaza con desprecio, cerrando la ventana en un gesto ofensivo.


Roberto abre de nuevo el navegador, busca el mismo concepto, y clica en la tercera web, que se ve menos confiable que las primeras dos. En ella encuentra varios trailers subtitulados en español, noticias sobre el éxito de la película en Japón, pero ni un solo link hacia la película

“La descargo.” Se dice a sí mismo el joven, ya dándose por vencido con las opciones online. Cambia la formula de la oración por “Evangelion 3.0 descargar sub español mediafire.”


Se extraña al no hallar una sola página que diga mediafire, el nombre del tan conocido servidor de descargar que había heredado la mayoríade los clientes de Megaupload.

Borra entonces la palabra mediafire de la búsqueda, y comienza a cliquear página por página. Todas hablan de lo mismo, dan un resumen de la serie, tienen colgados los videos con algunos trailers, y el conocido “Quickening” de seis minutos de duración, pero ninguno ofrece el film completo,o siquiera el film.


Roberto se retrae en la silla, observando púgil la pantalla con las decenas de pestañas abiertas en su portátil. No entendía que pasaba, si hacía más de veinte días que la película había sido estrenada ¿Porqué todavía
no aparecía subtitulada?

Lo más común es que los piratas y traductores tuvieran un retraso de máximo, tres días, pero la película siempre aparecía. Roberto ya comienza a desesperarse, se da a la búsqueda en múltiples páginas de internet, e incluso llega más lejos de la primera página de resultados que el buscador ofrece.


“¿Qué está pasando?” se pregunta asustado al final. Eso no estaba previsto bajo ningún concepto, sin embargo, le pasaba.


Leyendo los comentarios de uno de los tantos falsos videos esperanzadores que había bajo el nombre de Rebuild 3.0, y teniendo extremo cuidado de spoilers, Roberto Avalos encuentra la respuesta.


“Junshicki8900.


No tendremos la rebuild 3.0 de Evangelion hasta dentro de aproximadamente seis meses. Los nipones se pusieron duros respecto a la piratería, y no hay manera de que la película se infiltre para que sea subtitulada.”


La desilusión se abalanza violentamente sobre su ser y lo deja lleno de ira.


-¡No! ¡No! ¡Y la reputa de los re mil pario amarillos podridos!


Ahora, Roberto tira la silla, camina, rompe cosas, y sale a gritar al balcón un iracundo “¡No!” que resuena en todo el mundo.




Sakura Nagashi suena desde los parlantes del celular, y rebote en las humedecidas paredes del cuarto de baño. Todo el departamento está hecho un asco desde hace ya días, excepto el baño, el cual estaba limpio, solamente porque Roberto no había sentido el más mínimo deseo de utilizarlo.


Cuando ni el mismo soporto su hedor, decidió bañarse, pero fue entonces cuando se derrumbó en la ducha, y de tan a gusto que se estaba ahí acostado en la tina, se quedo dormido.


Ahora está despierto, ya que todo el mundo se ve de humor para hablarle. El contestador de voz suena, indicándole que alguien lo está llamando de nuevo. Roberto Avalos se da la vuelta en la tina de baño, e ignora lo que sea que le vayan a decir.


Es Tobías, quién habla después del tono:


“Robert, y la puta madre, ¿cuánto tiempo más vas a estar así? Los primeros días era un poco entendible, ya sé que siempre te gustó esa serie, pero ahora ya te pasas. Dicen los otros chicos que no te ven hace cuatro días, y tus padres lo mismo. Me llaman a mi preocupados, piensan que te paso algo malo, pero yo se que estás así por esa serie de mierda ¿no? ¡CONTESTAME!”

El tono volvió a sonar, asegurándole a Roberto que ya se podía dar vuelta, porque no le gritarían más. La luz del baño ilumino la piel de su vientre desnudo, mientras el observaba las gotas caer por las paredes. Todo le dolía, hasta observar las gotas deslizándose por los azulejos.

Roberto estira su brazo, cosa que también lo tortura, junta su celular del suelo, y apretando un botón, le da el tono para contestarle a su amigo.

Con la voz entrecortada, dice.


-Me llamo el doctor, Tobías. Me estoy muriendo.