[O]Pensamientos

PENSAMIENTOS

Acababa de oscurecer, hacía frío y yo frente a la ventana, descalzo, despistándome con las gotas chocaban contra el vidrio. Con mi aliento y mi dedo escribía cosas que para cualquiera que lo leyera perecerían sin sentido.

Cuando por mi visión pasó una persona bajo un paraguas. Luego de analizarlo susurré:

–“Peluquería” –mientras escribía con lentitud esa palabra. Terminé justo cuando él estuvo frente a mi ventana.

El hombre se detuvo en la vereda y me miró. Me asusté, estaba descalzo, qué iba a pensar de mí, pensaría que soy pobre. Pero yo no le quité la mirada de encima… me gustaba hacer eso, era como si el frío se hubiese esfumado.

A los segundos el sujeto apartó sus ojos de mí y se retiró acelerando el paso con el ceño fruncido.

Al otro lado de la calle, una mujer pequeña pasó. Lo primero que me fijé fue en sus enormes tacos.

–“Cocinar” –escribí y susurré, pero esta vez la mujer no se dio cuenta.

Cuando desapareció, la lluvia volvió a llamar mi atención. Y la soledad volvió a mí junto con el frío.

Hace poco tiempo, desde que mi novia me abandonó, averigüé mi habilidad de leer los pensamientos de las personas con sólo verlas caminar. Desde ese momento era entretención de todas las noches pegarme a la ventana para verlos pasar. Ver las reacciones de las personas cuando escribía sobre el vaho lo que pensaban, saborear con la mirada el asombro y el miedo que les causaba, es algo que, debo decir, de pronto era un tanto excitante

No obstante, eso no me servía de nada. Estaba solo, estaba deprimido.

Y justo cuando un rayo iluminó la escenografía de la calle, vi la palabra “soledad” escrita con mi técnica en la ventana de la casa de al frente. La autora se encontraba al lado, era una mujer paliducha, fea y desaliñada y me miraba fijamente.

Me quedé paralizado mientras que la mujer sonreía. Meneé la cabeza con energía y cerré la cortina de un tirón.

–¿Qué demonios? Conque así se siente… que se metan en tu intimidad.